OPERA | «Madama Butterfly» se revuelve con éxito en el Teatro Real.
«La controversia de la historia nos lleva por una dosis de tragedia llevado al extremo, una joven que cree en un juego naif ante la burla del matrimonio que tiene ante sus ojos», señala el director de escena Damiano Michieletto en la adaptación que llega a Madrid con Madama Butterfly.
El Teatro Real cierra temporada con una de las cinco operas más importantes de la historia, la obra maestra de Giacomo Puccini y que cuenta con la dirección musical de Nicola Luisotti, que estará al frente de 4 repartos y del Coro y Orquesta Titulares del Teatro Real.
Sola, repudiada... y feliz, así se siente Cio-Cio-San en un ambiente de lo más sórdido que Michieletto ha creado con una puesta de escena llena de neones de un barrio rojo asiático, un cubículo de plexiglás dónde conviven las geishas menores ante el capitalismo más exacerbado americano de su prometido.
«Madama Butterfly» se revuelve con éxito.
La platea en éstas primeras funciones ha hablado y denostado esa misma puesta en escena y como sus personajes se mueven en esa fina línea entre la explotación y el «turismo sexual» con el que se siente en el ambiente.
El público se mueve por impulsos, no cabe duda, pero en el contexto con el que se desarrolla su argumento no parece estar muy separado de la realidad sobre el día a día que asisten en los «paraísos sexuales» de las grandes urbes con respecto a la explotación.
El libreto original cuenta el matrimonio de un marino estadounidense con una chica de 15 años y cuyo ambiente no se distancia mucho de la prostitución; la relación de una joven geisha cantante en un club nocturno que es abordada sin escrúpulos por el cinismo que ejerce la fuerza de F.B.Pinkerton.
«Un turismo sexual que se refleja en una periferia de una metrópoli asiática, nada alejado de la realidad, dónde evito juzgar, pero el personaje de Pinkerton es un hombre dominante aunque cobarde», destaca Michieletto
Las música habla por si sola en un entorno «trágico y monodrama» de Butterfly del que el maestro Nicola Luisotti destaca que «tras un fracaso en su estreno y tras unas correcciones que realizó el mismo Puccini, años después encajó en el público en la primera década del s.XX en Paris, de ella nace ésta Madama Butterfly».
La soprano Saioa Hernández señala que «el personaje de Cio-Cio-San tiene sus dificultades, pero también conlleva unas enormes gratificaciones a través de la partitura musical, distintos matices en lo que ella lleva en su interior, una chica naif aislada del ruido sobre su matrimonio»
Sobre una partitura musical ideal, el juego actoral se desenvuelve alrededor de Madama Butterfly, viendo su ignorancia pasar en cada acto y llegando al público esa empatía de drama por el final que se aventura con el trágico desenlace.
Con éstas funciones el Teatro Real quiere homenajear en el centenario de su nacimiento a la gran Victoria de los Ángeles, antecesora de las grandes sopranos de los años 50´s, figura muy cotizada tanto en óperas como en recitales.
Actividades paralelas.
Las imágenes ocuparán el vestíbulo, las escaleras imperiales y el óvalo de la tercera planta en una exposición de PhotoEspaña, titulada Puccini fotógrafo.
A través de la Fundación de Victoria de los Ángeles el teatro acogerá hasta el 22 de julio una selección de trajes y objetos personales que utilizó la soprano Victoria de Los Ángeles a lo largo de su carrera y que ocupará el foyer y la séptima planta.
Repartos:
Cio-Cio-San |
Saioa Hernández, Ailyn Pérez, Lianna Haroutounian, Aleksandra Kurzak
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