Situada en el barrio mas castizo de la villa, a escasos metros de la Plaza de Cascorro, nos encontramos con una de las antiguas y tradicionales tabernas, donde se mezcla historia, tradición y mejor gastronomía de tiempos pasados, pero también presentes; donde se ha podido comer bien y beber mejor, y que manteniendo ese espiritu, con los sabores de siempre de su cocina, ha llevado a generaciones de padres a hijos, el gusto por su tradición.
Aquel joven conquense, de nombre Julian, decide coger sus maletas, para buscarse la vida en el Madrid de finales del siglo XIX, siendo acogido por unos conocidos, iniciándose como chico de los recados en un pequeño negocio de bebidas, y que al cabo de un par de años, cogiendo la experiencia necesaria en ése primer empleo, decide independizarse y abrir en la calle de la Ruda, una pequeña tienda de vinos (1895), donde poder servir licores, aguardiente de hierbas, de limón y "el suave" a todos los parroquianos; albañiles, panaderos, traperos, faroleros, y que desde las 6 de la mañana, el Sr. Julian sirve a la luz de los faroles de aceite.