Este recinto, estaba situado en la calle de la Magdalena nº 40, cercana a la Plaza de Antón Martín; era uno de los teatros mas populares de la época y en él, se representaban varias obras cortas del género chico. Un incendio acabó con él en 1888, sus estructuras de madera, se vinieron abajo, sin causar victimas; eso si, dejando huérfano a la cuna de éste género lirico.
El género chico, eran representaciones, de al menos una hora de duración, enfocada al público mas popular de la villa.
Aunque fué en el Siglo XIX, donde se va teniendo mas acogida con el público. Fué en la época de Felipe IV, fué cuando se popularizaron éstos recitales liricos; las zarzuelas, a semejanza de las óperas italianas, con obras de Lópe de Vega y Calderón de la Barca. Se ejecutaban cercanas al Palacio de la Zarzuela, donde el rey descansaba tras largas jornadas de caza.
Las zarzuelas, solian ser representaciones de varias horas, entorno al costumbrismo de la época, a las jergas de la villa, y las formas de vida del momento, combinando escenas dramáticas con otras cantadas y multitudinarios bailes; poco a poco, se va haciendo muy popular, aaunque no todo el mundo puede asistir a éste tipo de actos. Es entonces, cuando, se reinventa el género lirico, en obras mas cortas de un solo acto, con jornadas continuas, para varias representaciones.
El Teatro de Variedades, fué el primero en abrir al público éstas obras o sainetes líricos, con un precio mas reducido.
Muchas composiciones del maestro Federico Chueca, se estrenaron en éste desaparecido recinto.