Restaurante Casa PEDRO (1702)

Es uno de los rincones gastronómicos de la villa, que ha sabido mantener en el tiempo los sabores de la vieja cocina castellana, y madrileña después, es Casa Pedro. Uno cuando llega a Fuencarral, cree haber dejado la gran ciudad, y adentrarse en un pequeña villa por donde hace décadas el viejo tranvía de vapor que cubría la linea entre Cuatro Caminos y Colmenar Viejo, realizaba una parada en las afueras de lo que entonces era el pueblo y hoy distrito de Fuencarral.

Cuando decido visitar Casa Pedro, me alegra saber, que ese espiritu de restaurante taberna aún se mantiene, y mas cuando veo, el ambiente familiar con el que se regenta a través de los varios siglos, y que la familia Guiñales lleva en la conservación de la vieja fonda y casa de comidas desde 1702.

Taberna Restaurante CASA ALBERTO (1827)

Que mejor forma de conocer la antigua villa, que visitar una de sus añejas tascas, y pedir un chato de vino servido de una frasca, acompañado de un pincho de bacalao rebozado, algo típico en ésta vieja taberna fundada en 1827. Lugar de encuentro donde poder comer, beber y charlar en buena compañia, y que a dia de hoy continúa con esa tradición, situado en el barrio mas ilustrado y bohemio, como es el Barrio de las Letras. 

Casa Alberto, es una de las pocas tabernas centenarias que aún continúan abiertas, sirviendo y acogiendo al cliente con la misma cercanía, en el trato y en el servicio como si se tratara de aquellas primitivas tascas, y disfrutar de algunas de las diferentes tertulias habituales, ya sean taurinas, literarias o teatrales, donde poder disfrutar de la típica gastronomía madrileña, y también de la cocina de vanguardia.

Restaurante LHARDY (1839)

Tras cruzar el majestuoso ornato de su bella fachada en caoba cubana, el ambiente que nos encontramos en su interior, nos traslada a una época dorada, donde la aristocracia, la burguesía y grupos selectos de intelectuales, convivían en interesantes tertulias sosegadas, donde los clásicos de Espronceda, Duque de Rivas o Zorrilla, se iniciaban en la literatura, y donde la villa avanzaba en su progreso industrial, se respiraba los años del romanticismo en toda Europa.

Azorín, llegó a afirmar que ... - No se puede concebir Madrid sin Lhardy -, y donde la reina Isabel II, en sus salidas fuera de palacio, degustaba alguno de sus deliciosos platos; lugar de encuentro donde acudian solas, jóvenes damas elegantes, en las tertulias al atardecer, algo impensable para la época, entre selectas copas de Tokay, como signo de modernidad avanzada en la sociedad; Lhardy, durante éstos casi 175 años, ha mantenido ese espíritu cortesano y aristocrático hasta nuestros dias, siendo el hijo del fundador y pintor, Agustín Lhardy, el que al mas estilo ambiente parisino de "la Bohème" llevara el mundo mas artístico al restaurante.

Restaurante BOTÍN. (1725)

Si hay un centro gastronómico en la antigua villa de Madrid, éste es el Restaurante Botín; situado en pleno corazón de los Austrias, ésta antigua bodega del siglo XVI, de bello ladrillo visto y de techos abovedados, se ha convertido en una referencia para la ciudad en cuanto a la degustación de platos tradicionales y de buen servicio, y encima, en un marco incomparable.

El considerado como restaurante mas antiguo de mundo, por el libro Guinness de los Records; fué fundado por el cocinero francés, Jean Botín, en 1725, cuando por aquel entonces, iniciara el negocio con una pequeña posada, y realizando algunas reformas en su planta baja, cerrando los soportales existentes, y dejando como prueba inequívoca de su existencia, la piedra de granito situada en la entrada con la fecha incrustada en ella.