Aún teniendo el simbolismo que tiene, aún hay mucha gente que desconoce la situación de ésta pequeña fuente. Se trata de un monumento homenaje por la restitución de la casa borbónica en España, tras la invasión francesa y reinado de José Bonaparte, culminado con la guerra de la Independencia, el cual, el rey Fernando VII, el deseado, volvía al trono a finales del 1813, tras el exilio.
Uno cuando se adentra, por una de las principales puertas a la villa, la Puerta de Toledo, y antes de llegar a la Plaza de la Cebada, en el cruce de las calles, Toledo y Arganzuela; se encuentra con una pequeña fuente-monumento, conocida como La Fuentecilla. Se trata de un proyecto al igual que el de la Puerta de Toledo, del arquitecto Antonio Lopez Aguado, para conmemorar el deseado retorno. El escultor del mismo sería Fracisco Meana y la obra sería ejecutada por Alfonso Rodriguez, arquitecto de la casa real, en 1815.